El joven artista

Si había algo que Jean-Joseph Pasteur no deseaba para su hijo Louis era que este siguiera una carrera artística, aun cuando ese talento lo había heredado de él. Y Jean-Joseph no estaba errado, pues su hijo se transformaría luego en uno de los científicos más relevantes de la historia mundial, cuyos aportes han salvado la vida a millones de personas desde su época.

Louis Pasteur nació en Dole, Francia, el 27 de diciembre de 1822. Fue el tercer hijo del matrimonio entre Jean-Joseph y Jeanne-Étiennette Roquide, quienes tuvieron tres hijas y dos hijos.

En la casa de los Pasteur, en la localidad de Arbois, se podía ver una pintura de un trabajador rural observando el paisaje. Esa obra la había pintado Jean-Joseph, quien si bien era curtidor y había servido como sargento para Napoleón Bonaparte (antes de ser derrotado en la famosa batalla de Waterloo), solía experimentar con la paleta de colores o tallar en madera, incluso hacer retratos de Napoleón.

Precisamente, el pequeño Louis se crio viendo a su padre en esas tareas y no sorprendió que una de las primeras demostraciones de los dotes artísticos apareciera temprano, en 1836, cuando en el colegio hizo un retrato del famoso militar. 

En una época en la que los programas estatales de Francia daban gran importancia al dibujo, su profesor lo incentivó a continuar. Uno de los primeros retratos que hizo con la técnica del pastel fue de su madre (se puede apreciar en esta tapa de "El Pasteuriano").

Jeanne-Étiennette Roquide, madre de Louis Pasteur (retrato realizado por el científico en 1836).

Pese a que su padre intentó mandarlo a París para que se centrara en estudios fuera de la pintura, Louis continuó desarrollando sus habilidades artísticas retratando a amigos y conocidos de su ciudad. Al ingresar al Colegio Real de Besançon, a los 16 años, ya había logrado hacerse cierta fama como retratista entre otros estudiantes y profesores, por lo que recibía varios pedidos. Para ese entonces, sus obras hacían ciertos guiños al romanticismo, debido a su gusto por los textos de los poetas Lord Byron y Alphonse de Lamartine. Estando en el colegio, Louis tuvo su año más destacado de su carrera artística en 1841, cuando comenzó a probar con la litografía, técnica de grabado sobre piedra en la que ya eran reconocidos los artistas Eugène Delacroix y Théodore Géricault.

Un año después, previo a su ingreso a la prestigiosa Escuela Normal Superior de París, el joven obtuvo su título de bachiller en ciencias y matemáticas, con la particularidad de que en química su calificación había sido "mediocre". También, dejó de pintar con pasteles y probó con otras técnicas. El último retrato con pasteles fue el de su padre, quien ya estaba más satisfecho con la vocación científica que su hijo había empezado a manifestar.

Jean-Joseph Pasteur, padre de Louis Pasteur (retrato realizado por el científico en 1842).  Entre los 13 y los 20 años, Louis Pasteur realizó más de 40 retratos de hombres y mujeres del siglo XIX.

Con el tiempo, la ciencia alejó a Louis de la pintura, pero en 1863, cuando ya era un reconocido científico, volvió a acercarse al ser convocado para dar clases en la Escuela de Bellas Artes de París. Allí pudo unir su vocación científica con su pasión artística al dedicarse a enseñar a los pintores los secretos de la conservación de los colores, asesorar a maestros restauradores del Museo del Louvre sobre el problema del secado y vencimiento de los barnices, y hasta estudiar la fórmula química de un tipo de secado usado en pinturas al óleo, en el que encontró grandes desventajas por su contenido en plomo.

En 1867, cuando se disponía a elaborar un nuevo secativo, renunció a la cátedra para dedicarse a la investigación de la enfermedad de los gusanos de seda, que estaba afectando gravemente la producción de aquel tipo de fibra natural en Francia. La ciencia aún tenía para él más secretos por descubrir. Hacía poco, en 1864, que Pasteur había aportado al mundo el revolucionario proceso de la pasteurización, pero restaban 20 años para que impulsara otro cambio fundamental de la ciencia: el desarrollo de las vacunas.

Sobre Pasteur y el arte, el pintor Albert Edelfelt, autor del famoso retrato del científico en su laboratorio, escribió en una carta a un amigo: 

"Cuando (Louis) tenía 16 años, había intentado hacerse pintor y se entretenía haciendo retratos al pastel de ciudadanos de Arbois. Algunos de esos cuadros se encuentran en su casa o en el instituto. Los he observado muy a menudo y son extremadamente buenos y superiores al trabajo habitual de los jóvenes que se dedican a la carrera artística. Hay algo del gran investigador en estos retratos: expresan la verdad absoluta y un poder de voluntad poco común. Estoy seguro de que, si Pasteur hubiera elegido el arte en vez de la ciencia, Francia contaría hoy con uno de sus pintores más capaces".

Retrato de Louis Pasteur en su laboratorio por Albert Edelfelt (1885).